El juego libre Waldorf en el jardín de niños es fundamental, porque permite al niño poner en movimiento todo el cuerpo. A través del juego el niño comprende la naturaleza y su entorno cultural de forma imitativa.
Para el niño pequeño jugar es algo muy serio en su trabajo, aprende a dominar el movimiento corporal y su equilibrio, desarrollando la creatividad y la imaginación mediante el juego que serán las bases de su capacidad intelectual.
En las escuelas Waldorf, el niño es libre en el Juego, un niño que juega es un niño que crece en todos los sentidos. El juego en la infancia no es sólo entretenimiento, sino que sobre todo es aprendizaje.
El niño aprende a relacionarse con los demás y con el mundo que les rodea.
El juego libre puede ser individual, en donde el niño escoge libremente hacer algo de acuerdo a sus necesidades internas, sin recibir ningún tipo de directriz por parte del adulto. También es importante que los niños crezcan y jueguen a su ritmo.
El juego libre debe ser de aproximadamente una 1 hora 13 minutos. En ese tiempo el niño puede adentrarse verdaderamente en la magia del juego, un juego rico en imágenes te lleva a otras dimensiones.
En el juguete del niño se debe elegir cuidadosamente con materiales naturales, con texturas agradables al tacto, de diferentes tamaños según las edades (grandes para maternal, medianos y chicos para preescolar). Troncos y canastas grandes para meterse en ellas, conchas de mar, piedras grandes y pequeñas, y bebés de nudos para maternal.
El exceso de estímulos difícilmente ayudan al cerebro para procesar lo aprendido a través del juego.
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